jueves, 23 de agosto de 2012

LA OFRENDA DE ARROZ


He recibido el saco de arroz pulido, el saco de ñames y la cesta con alga de río que se tomó la molestia de enviarme a través de un mensajero.
 
El hombre posee dos clases de tesoros: uno es la ropa; el otro, el alimento. Un Sutra señala: <Los seres animados dependen del alimento para vivir>. Esta frase significa que los seres vivos subsisten en este mundo gracias a la comida y a la vestimenta. Los peces moran en el agua y la consideran su tesoro. Los árboles crecen en la tierra, y por ello, este es su bien más preciado. Los seres humanos sobreviven gracias a la comida y, por eso, la valoran.
 
Pero, de todos los tesoros, el mayor es la vida. Se dice que el valor de nuestro cuerpo y de nuestra existencia, incluso, al de todas las riquezas de todo el sistema planetario. Ni siquiera los tesoros que colman el universo pueden remplazar la vida; esta es como una lámpara, y el alimento, como el aceite.
Cuando el combustible se acaba se acaba, la llama se extingue; del mismo modo, sin alimento la vida deja de existir.
 
Para venerar a todas las deidades y Budas, se agrega el término “namu” delante de sus nombres. Para explicar su significado, esta palabra “namu”, proviene de la India; en la China y en el Japón, se traduce como <consagrar la vida>, lo cual quiere decir ofrendar nuestra existencia a la Ley. De acuerdo con la situación personal de cada uno, hay quienes tienen cónyuges e hijos, parientes, tierras, oro y plata, mientras que otros carecen de toda riqueza. Pero, más allá de que uno tenga bienes o no, ningún tesoro puede superar el valor de la vida. Por eso, los sabios y venerables de la antigüedad ofrendan la suya al Buda y así ellos mismos manifestaban Budeidad.
 
El niño “Montañas Nevadas” ofrendo su cuerpo a un demonio para recibir una enseñanza compuesta de ocho caracteres. El bodhisattva Rey de la Medicina se quemó los brazos como ofrenda al Sutra del Loto. También en nuestro país , el príncipe Shotoku se arranco la piel de la mano para copiar en ella el Sutra del Loto, y el soberano conocido como el emperador Tenji se quemo el dedo del medio como ofrenda al buda Shakyamuni. Pero estas cosas son propias de sabios y venerables, y a nosotros nos resulta imposible de hacer.
 
Sin embargo, en lo que concierne al logro de la Budeidad, las personas comunes llegan a ser Budas en la medida en que mantienen una < determinación seria y sincera>. Cuando consideramos bien a qué se refiere esta determinación seria y sincera, vemos que consiste en la doctrina de observar nuestra vida. Y cuando nos preguntamos qué significa con exactitud la doctrina de observar nuestra vida, la respuesta es que al ofrendar nuestra única vestimenta al Sutra del Loto equivale a arrancarnos la piel que, en épocas de hambrunas, ofrecer al Buda el único alimento del que depende, ese día, nuestra supervivencia es ofrecer nuestra vida.
 
Los beneficios obtenidos de este modo no son, de ninguna manera inferiores a los que logro el bodhisattva Rey de la Medicina cuando se quemo los brazos, o a los que consiguió el niño Montañas Nevadas cuando entrego su vida a un demonio. Así pues, lo que resulta apropiado para los venerables es la ofrenda real, es decir, ofrendar literalmente la vida por la Ley. Lo apropiado para la gente común es la ofrenda por principio, la sincera entrega de lo que es importante para la propia vida. A esta enseñanza se la llama el <Paramita> de la ofrenda para la observación de nuestra vida, expuesto en el séptimo volumen de la Gran concentración e introspección .
 
El verdadero camno yace en los asuntos de este mundo. El Sutra de la Luz Dorada afirma: <Tener un profundo conocimiento de este mundo es, en sí, el budismo>. El Sutra Nirvana dice: < Todos las escrituras y escritos no budistas de la sociedad son, en sí mismos, enseñanzas budistas; no son doctrina no budistas>.
 
Cuando el gran maestro Miao-lo comparó estos pasajes con el del sexto volumen dl Sutra del Loto que afirma: < No existe ningún asunto de la vida o del trabajo que contradiga la realidad verdadera en ningún sentido>, reveló su significado y señaló que, aunque los dos Sutras eran profundos, su sentido era aun superficial y no se aproximaba al Sutra del Loto, por que aquellos relacionaban los asuntos seculares en relación del Budismo, mientras que este último Sutra explicaba que las cuestiones mundanas eran, en sí mismas, el budismo en su totalidad.
 
En esencia, los Sutras predicados antes del Sutra del Loto dicen que todos los fenómenos derivan de nuestra vida. Como ejemplo, explican que la vida es como la gran tierra, mientras que los fenómenos son como las hierbas y plantas que crecen en ella. Pero el Sutra del Loto no expone lo mismo: afirma que la vida es la gran tierra, y que la gran tierra es, en sí, las plantas y las hierbas. Los primeros Sutras enseñan que la claridad de nuestras vidas es como la luna, y que la pureza de esa vida es como una flor. Pero el Sutra del Loto no dice lo mismo: sostiene que la luna es la vida, y que la flor, en sí, también lo es. A partir de esto, debe comprender que este arroz pulido no es arroz, sino la vida misma.
 
ANTECEDENTES
 
En esta carta faltan el destinatario y la fecha en que fue escrita. Las condiciones en el monte Minobu eran durísimas; a menudo Nichiren y sus discípulos carecían de alimento y proviciones indispensables. Pero aún así existía un grupo de seguidores laicos que lo ayudaban a cubrir sus necesidades.
 
Extraido de "Los escritos de Nichiren Daishonin" pág. 1117-s.g.i.a.r.

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