Una de las
discípulas de Nichiren Daishonin planteó
esta pregunta:
“¿Puede uno
lograr la Budeidad con sólo invocar
Nam-myohorengue-kyo?”.
La Budeidad es un
estado de vida tan inmenso, que la
vida se disfruta al máximo, y lo mismo sucede con la muerte. Entonces,
la pregunta podría expresarse con otras palabras: ¿es posible
de verdad alcanzar un estado de vida tan espléndido con solo
invocar daimoku? Myoho-ama es la mujer que le
planteó al Daishonin esta pregunta sincera y directa, sobre la más importante de las cuestiones El Sutra del Loto explica la doctrina de los “seis actos difíciles y los nueve actos fáciles”.
Además de los que
el Daishonin menciona en el párrafo, entre los nueve actos fáciles figuran proezas, todas ellas imposibles para el sentido común, como caminar a través de una pradera en llamas cargando a las espaldas un fardo de heno sin quemarse. Lo cierto es que incluso acciones tan imposibles resultan “sencillas” comparadas con el desafío de los seis actos
difíciles.
Estos últimos son
propagar ampliamente el Sutra del Loto, copiarlo o hacer que otras personas lo transcriban, recitarlo aun por poco tiempo, enseñarlo aunque sea a una sola persona, escucharlo y preguntar acerca de su significado,
y mantener la fe en sus enseñanzas después de
la muerte de Shakyamuni.
El hecho de que
Myoho-ama haya interrogado sobre el Sutra del Loto corresponde a la noble acción de “preguntar acerca de su significado”. Pero además, como bien señala el Daishonin, es extremadamente raro hallar a alguien capaz de brindar respuestas correctas a tales preguntas.
Aunque los nueve
actos fáciles parezcan difíciles en extremo, en realidad son acciones de naturaleza física y externa, relacionados con facultades místicas o, como se diría hoy, con poderes sobrenaturales. Pero, en realidad, revolucionar la propia vida siguiendo las enseñanzas correctas es algo mucho más complejo y arduo que realizar “milagros” de esa índole.
Si uno mira las
cosas profundamente, esta civilización moderna, basada
en el progreso material, ha logrado infinidad
de “milagros” que, hasta hace unas décadas,
eran imposibles. Pero, sin embargo, no ha sido capaz de generar felicidad a los seres humanos.
La doctrina de los seis
actos difíciles y los nueve actos fáciles da un
toque de alerta sobre las limitaciones de
dicho enfoque.
El Daishonin
afirma que quienes practican la Ley Mística “lograrán
manifestar la Budeidad sin abandonar su
identidad actual”. Eso quiere decir, en esta
existencia. Cada uno de nosotros, siendo el que es, resplandecerá como un buda. Y a esto se le llama “revolución humana”.
Las enseñanzas
expuestas antes del Sutra del Loto enseñaban que el cuerpo del Buda era la propiedad de la Ley; que la mente del Buda
era la propiedad de la sabiduría, y que la conducta
misericordiosa del Buda era la propiedad
de la acción. Siempre se describía al Buda como un ser extraordinario,
que debía venerarse a la distancia. En cambio,
el Sutra del Loto explica que las personas
comunes son budas, en sí.
Se trata de una
enseñanza histórica, según la cual el Buda dotado de las tres propiedades iluminadas es una persona común de kuon ganjo. Nichiren Daishonin dice que cuando abrazamos la Ley Mística,
nuestra vida pasa a ser la propiedad de la Ley;
nuestra mente, la propiedad de la sabiduría;
nuestras acciones, la propiedad de la acción.
El hecho de que
nuestra vida sea la propiedad de la Ley significa que nuestra vida, o ichinen, que corporifica la unidad entre la mente y el cuerpo, es inseparable de la Ley Mística. Nuestra vida, o ichinen, es en su totalidad el deseo de lograr el Kosen-rufu; cuando esto sucede, uno quiere dedicarse por completo a la felicidad de los demás.
Extraído del
libro de Daisaku Ikeda: “Aprendamos del Gosho:
La eterna enseñanza de Nichiren Daishonin”.
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