viernes, 21 de septiembre de 2012

¡¡¡...LA UNICA FRASE ESENCIAL...!!!

Una de las discípulas de Nichiren Daishonin planteó esta pregunta:
 
“¿Puede uno lograr la Budeidad con sólo invocar Nam-myohorengue-kyo?”.
 
La Budeidad es un estado de vida tan inmenso, que la vida se disfruta al máximo, y lo mismo sucede con la muerte. Entonces, la pregunta podría expresarse con otras palabras: ¿es posible de verdad alcanzar un estado de vida tan espléndido con solo invocar daimoku? Myoho-ama es la mujer que le planteó al Daishonin esta pregunta sincera y directa, sobre la más importante de las cuestiones El Sutra del Loto explica la doctrina de los “seis actos difíciles y los nueve actos fáciles”.
 
Además de los que el Daishonin menciona en el párrafo, entre los nueve actos fáciles figuran proezas, todas ellas imposibles para el sentido común, como caminar a través de una pradera en llamas cargando a las espaldas un fardo de heno sin quemarse. Lo cierto es que incluso acciones tan imposibles resultan “sencillas” comparadas con el desafío de los seis actos difíciles.
 
Estos últimos son propagar ampliamente el Sutra del Loto, copiarlo o hacer que otras personas lo transcriban, recitarlo aun por poco tiempo, enseñarlo aunque sea a una sola persona, escucharlo y preguntar acerca de su significado, y mantener la fe en sus enseñanzas después de la muerte de Shakyamuni.
 
El hecho de que Myoho-ama haya interrogado sobre el Sutra del Loto corresponde a la noble acción de “preguntar acerca de su significado”. Pero además, como bien señala el Daishonin, es extremadamente raro hallar a alguien capaz de brindar respuestas correctas a tales preguntas.
 
Aunque los nueve actos fáciles parezcan difíciles en extremo, en realidad son acciones de naturaleza física y externa, relacionados con facultades místicas o, como se diría hoy, con poderes sobrenaturales. Pero, en realidad, revolucionar la propia vida siguiendo las enseñanzas correctas es algo mucho más complejo y arduo que realizar “milagros” de esa índole.
 
Si uno mira las cosas profundamente, esta civilización moderna, basada en el progreso material, ha logrado infinidad de “milagros” que, hasta hace unas décadas, eran imposibles. Pero, sin embargo, no ha sido capaz de generar felicidad a los seres humanos.
 
La doctrina de los seis actos difíciles y los nueve actos fáciles da un toque de alerta sobre las limitaciones de dicho enfoque.
 
El Daishonin afirma que quienes practican la Ley Mística “lograrán manifestar la Budeidad sin abandonar su identidad actual”. Eso quiere decir, en esta existencia. Cada uno de nosotros, siendo el que es, resplandecerá como un buda. Y a esto se le llama “revolución humana”.
 
Las enseñanzas expuestas antes del Sutra del Loto enseñaban que el cuerpo del Buda era la propiedad de la Ley; que la mente del Buda era la propiedad de la sabiduría, y que la conducta misericordiosa del Buda era la propiedad de la acción. Siempre se describía al Buda como un ser extraordinario, que debía venerarse a la distancia. En cambio, el Sutra del Loto explica que las personas comunes son budas, en sí.
 
Se trata de una enseñanza histórica, según la cual el Buda dotado de las tres propiedades iluminadas es una persona común de kuon ganjo. Nichiren Daishonin dice que cuando abrazamos la Ley Mística, nuestra vida pasa a ser la propiedad de la Ley; nuestra mente, la propiedad de la sabiduría; nuestras acciones, la propiedad de la acción.
 
El hecho de que nuestra vida sea la propiedad de la Ley significa que nuestra vida, o ichinen, que corporifica la unidad entre la mente y el cuerpo, es inseparable de la Ley Mística. Nuestra vida, o ichinen, es en su totalidad el deseo de lograr el Kosen-rufu; cuando esto sucede, uno quiere dedicarse por completo a la felicidad de los demás.
 
Extraído del libro de Daisaku Ikeda: “Aprendamos del Gosho: La eterna enseñanza de Nichiren Daishonin”.

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