Krishnamurti nos dice que la preocupación por uno mismo es la mayor imagen
que tenemos de la realidad, que hace que seamos seres humanos solitarios y
aislados. Nos aislamos con nuestras ocupaciones, nuestra forma de pensar,
nuestra conducta y aunque logremos tener una relación íntima, no dejamos nunca
de pensar nada más que en nosotros mismos.
El resultado de vivir centrado en uno mismo es aumentar el aislamiento, la
soledad, los temores, la dependencia de las cosas externas, la necesidad de
practicar rituales, las obligaciones creadas artificialmente, las ataduras y
todo el sufrimiento que todas estas cosas conllevan. Si nos observamos bien,
podremos comprobar que siempre estamos pensando nada más que en nosotros
mismos, en nuestra salud, en nuestra situación económica, en nuestro trabajo,
en nuestra relación, en que debemos cambiar, meditar, mejorar, adelgazar,
viajar, etc.
El mundo se reduce a los problemas que tienen cada uno, su vida, su
angustia, su necesidad, su urgencia, su apetencia. Esta condición de estar
siempre preocupado por uno mismo, nos hace sentir solos y sin posibilidad de
tener relación verdadera alguna, porque relacionarse es poder de salir de uno
mismo para comprender al otro viendo la realidad tal cual es en ese instante,
sin las imágenes del pasado. Krishnamurti señala que en la vida lo más
importante es estar relacionado. El ser humano desea ser amado, pero se aísla
tanto físicamente como psicológicamente y así se vuelve neurótico, obsesivo,
temeroso, infeliz.
Cuando las personas no saben qué significa estar verdaderamente relacionado
sufren, sienten confusión y tienen conflictos. No puede haber relación alguna
cuando dos personas están cada una pensando solamente en si mismas, en sus
propias ambiciones, en sus propios problemas, en su propia condición social.
Para lograr una relación sin conflicto es necesario no utilizar al otro para
beneficio propio. ¿Cómo hace el hombre para liberarse de las imágenes que lo
esclavizan y que son sus condicionamientos, como la necesidad de tener éxito,
fama o de lograr la iluminación? El hombre tiene que liberarse de todas las
imágenes, porque las imágenes crean separación, dividen, aíslan, crean
conflicto y no permite tener relación alguna ni tampoco ser libre. Para
eliminar las imágenes tengo que aprender a observar las cosas como son sin
construir con ellas una imagen, estar alerta para ver lo que es aquí y ahora,
sin comparar o juzgar, ni referirme al pasado.
Es difícil, porque la mente está acostumbrada a tener prejuicios y no le
interesa esforzarse, y si no está absolutamente atenta en el momento de la
acción, entonces pone en marcha el mecanismo de las imágenes y el presente es
una repetición del pasado. Recién cuando la mente se da cuenta que está creando
una imagen, entonces es cuando logra que se disuelvan todas las demás imágenes.
Lo que importa entonces es estar en un estado de atención absoluta en el
momento presente. Por ejemplo, para liberarse de un conflicto y terminar con un
problema hay que prestar completa atención a ese problema y no buscar una
respuesta afuera, porque en el problema mismo ya está la respuesta. Si la
atención no trata de huir del sufrimiento o del dolor, de esa misma atención
absoluta surge una energía, una pasión que termina con el sufrimiento.
De la misma manera podemos despojarnos de todas las imágenes que hemos
construido cuando no tenemos preferencia por ninguna de ellas. Recién entonces
puede haber una relación sin conflicto alguno, o sea una relación de verdadero
amor. Fuente: “La persecución del placer”, El Despertar de la inteligencia
(Vol.II), conferencias de J. Krishnamurti, Ed. Sirio, Barcelona, 2000.
Muy interesante, gracias
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