domingo, 23 de septiembre de 2012

¡¡¡...CIENCIA Y BUDISMO...!!!

No hay conflicto entre ciencia y religión para el budismo
 
La ciencia y el budismo ayudan ambos a ver el mundo con claridad, aunque tengan fines distintos, afirma el Dalái Lama.
 
La ciencia no puede acabar con la religión budista, ha afirmado el Dalái Lama. Diversas serían las razones, según el astrónomo Paul Wallace: ciencia y budismo no entran en conflicto por la flexibilidad ideológica del budismo, por la búsqueda de la verdad que el budismo promulga (en la que la ciencia tendría un papel clave), y por el hecho de que los objetivos del budismo no sean los mismos que los de la ciencia y, por tanto, no haya posibilidad de competencia entre ambos. ¿Podría la perspectiva del budismo conseguir que, simplemente, el conflicto entre ciencia y religión se evapore? Por Yaiza Martínez.
 
Enfocándose en la naturaleza de la mente y sus implicaciones para el concepto de la realidad, algunos piensan que el budismo ofrece una aplicación novedosa en varias áreas de la ciencia, más exactamente en psicología, estudios de conciencia y teoría cuántica, pero también en evolución y cosmología.
 
El budismo reconoce en la enseñanza del propio Buda más un método que una doctrina; un método similar al método científico, en el sentido que indaga para descubrir la verdad, sin prejuicios y con total libertad para criticar o poner en duda enseñanzas o teorías del pasado. En otras palabras, lo que el budismo enseña puede verificarse de una forma esencialmente idéntica a cómo se confirma la validez de las teorías científicas.
 
Esa cercanía que hay entre algunas escuelas de budismo y la ciencia occidental, ha despertado recientemente el interés de muchos investigadores de campos tan diversos como la neurología y la física subatómica, y es así como han tenido lugar una serie de encuentros en que científicos y budistas han intercambiado el conocimiento de sus respectivas teorías para determinar si éstas se contradicen o —por el contrario— se refuerzan.
 
El biólogo chileno Francisco Varela (1946-2001) jugó un rol fundamental en esta iniciativa de vincular el budismo con la ciencia. Su enfoque de la enacción, basado en la «teoría de la autopoiesis», resuena de manera notable con la filosofía tibetana más avanzada, conocida como madhyamaka (el camino medio).
 
Desde la perspectiva del budismo, la ciencia no puede acabar con la religión budista. Esto es lo que declaraba recientemente el Dalái Lama en una charla sobre el tema “ciencia y Budismo” impartida en un encuentro de la Emory-Tibet Science Initiative, proyecto cuyo fin es incorporar la ciencia moderna al currículum de los monjes tibetanos budistas exiliados por toda la India.
 
En la revista Religiondispatches, el astrónomo y físico de la Escuela de Teología de la Universidad de Emory (Estados Unidos), Paul Wallace, que asistió a dicha charla, ha descrito las reflexiones del Dalái Lama sobre la relación ciencia-religión.
 
En su discurso, escribe Wallace, el Dalái Lama comenzó explicando cómo, hasta el siglo XVI, la cosmología budista tradicional hablaba del Monte Meru como de una montaña sagrada situada en el centro de una Tierra plana, con forma de disco, rodeada por todas partes por el mar.
 
Sin embargo, a partir del siglo XVI, con la llegada de los exploradores europeos a la India, que traían una nueva religión y una cosmología distinta, comenzó a extenderse la idea de que la Tierra no era plana, sino redonda. Los nativos de la época ofrecieron resistencia a esta nueva idea: si era cierta, ¿dónde se encontraba entonces el Monte Meru?, en la superficie de una esfera no existe un punto central…
 
Finalmente, la idea científica moderna acabó por imponerse. El propio Dalái Lama reía en su exposición, aceptando con naturalidad que el Monte Meru, simplemente, no existía, explica Wallace.
 
Flexibilidad Ideológica
 
Esta flexibilidad de los budistas para cambiar de ideas y, por tanto, también para aceptar las ideas científicas, tiene en parte su origen en la diversidad ideológica de la propia religión budista. Según Wallace, para empezar, el budismo presenta relatos diferentes acerca de su propio fundador, Buda Gautama.
 
Para muchos budistas, Buda fue un ser divino, un salvador de la humanidad. En cambio, para otros, Buda no fue nada de esto. Hay incluso corrientes budistas que apenas lo tienen en consideración.
 
En lo que se refiere a la ideología del budismo, los budistas creen que existe el karma o la responsabilidad por los propios actos en todas las encarnaciones, que hace que los humanos deban vivir incontables vidas hasta superarlo.
 
Pero, una vez que el karma está cumplido, la idea de lo que puede suceder varía en función de la escuela budista. Así, por ejemplo, los budistas de la escuela Theravada creen que es entonces cuando el alma pasa al Nirvana o estado celestial que existe más allá de las reencarnaciones y que se alcanza cuando se llega a la perfección, abandonando el doloroso ciclo de la vida.
 
Los budistas de la escuela Mahayana, por su parte, creen que, tras superar el karma, los humanos pueden tener la opción de volver a la Tierra como “bodhisattva”, que es aquél que ha logrado la iluminación espiritual pero que posterga su entrada al Nirvana para ayudar a otros seres vivos a que también ellos alcancen la Iluminación.
 
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Objetivos Distintos
 
Sigue creciendo la obra del Dalai Lama en castellano: se acaba de traducir y editar “El universo en un solo átomo”, sólo un año después de la edición inglesa. El subtítulo en castellano suena algo pretencioso: “Cómo la unión entre ciencia y espiritualidad puede salvar el mun-do”, cuando lo que hace es explorar los límites de la ciencia y de la sa-biduría budista, así como apuntar posibles vías de intercambio y fecundación mutua.
 
Tampoco ayuda la contraportada, donde se repite 3 ó 4 veces “la ciencia y la fe”… ¿qué fe? No; se trata de explorar la interfaz entre el budismo y la ciencia, suponiendo que ambos tratan de comprender el mundo por medio de la investigación crítica. En varias ocasiones insiste el autor en que cuando el análisis científico invalide tales postulados budistas habrá que abandonarlos. La espiritualidad debe incorporar los hallazgos y avances científicos para evitar el fundamentalismo, mientras que la ciencia debe superar el reduccionismo de creerse “la única” o “la última” explicación de todo para evitar el materialismo dogmático y el nihilismo.
 
Después de situar el tema con referencias concretas a su biografía y experiencias, el Dalai Lama aclara las similitudes entre los dos enfoques (investigación empírica basada en la experiencia y la razón, “experimentos reflexivos”, inferencia y deducción), así como sus diferencias (alto desarrollo en la ciencia de un razonamiento matemático muy complejo, “falsabilidad popperiana”, noción de empirismo más amplia en el budismo, que incluye no solo los hechos objetivos, sino también la experiencia interior, así como la ética…).
 
A continuación, dedica un capítulo a la física, otro a la astronomía, otro a la biología, tres a la conciencia y uno a la “ética y genética”. En todos ellos va haciendo paralelismos entre los conceptos budistas y los de la ciencia occidental, a lo largo de un recorrido ameno y divulgador pero riguroso. El libro nos parece tan importante que ahora y aquí nos centraremos en el primer capítulo, dedicado a la física, dejando el resto para futuras reseñas. Así podremos conectar con otros libros recientes sobre esta temática, que poco a poco van traduciéndose al castellano y que son una ínfima parte de las docenas de buenos libros que ya existen en inglés sobre estas cuestiones.
 
Centrándonos pues en la física, la conexión la haríamos con el ya clásico “El Tao de la Física”, de Fritjof Capra (original de 1975, con múltiples traducciones y reediciones), que abría todo un campo. Luego la cosa se ha llegado a degradar, como en la recién estrenada película “¿¡Y tú qué sabes!?”, que impresiona de en-trada, pero decepciona al saber que los tres directores del film (y muchos participantes) son discípulos de un tal Ramtha, entidad que se manifiesta a través de una médium yanqui que ha creado un culto y un imperio a su alrededor (y que aparece en la película como “maestra espiritual”). Sa- bemos del gran impacto de este film en muchos buscadores, por eso mismo nos parece importante separar el grano de la paja y alertar contra las confusiones y simplificaciones del supermercado espiritual.
 
Justo lo contrario es lo que hace el Dalai Lama en su libro: ofrecer espacio y oportunidad para el contraste, el matiz y la explicación. Así, nos presenta las bases de la “teoría del vacío” budista y señala su concordancia con la física cuántica, al tiempo que invita a superar la “física rudimentaria” de los textos budistas y a incluir la física moderna en los programas de estudios de los monasterios. Con un sabio equilibrio entre divulgación y rigor resume aspectos clave de la física como la dualidad onda/partícula, el principio de incertidumbre de Heisenberg o la relatividad de tiempo y espacio, donde vuelve a destacar coincidencias con la filosofía budista.
 
Va pasando de un campo a otro, intercalando síntesis de los principales textos budistas y descubrimientos de la física, recordando sus experiencias y conversaciones con importantes científicos, en especial David Bohm, quien expresó muy bien la inversión clave de la física actual: la realidad fundamental ya no son unas “partículas” independientes, sino la inseparable interrelación cuántica de todo el universo.
 
Esta naturaleza interdependiente de la realidad, así como su carácter paradójico y contradictorio, es otro de los puntos de contacto entre los dos enfoques, y para solucionar la contradicción o incompatibilidad entre el mundo cotidiano y macroscópico (de la física clásica) y el subatómico (de la mecánica cuántica), el Dalai Lama sugiere la solución budista del “principio de las dos verdades” (“convencional” y “última”), si bien confiesa que en cuanto a sus implicaciones en la física “no tengo la más remota idea”.
 
Además de la diversidad de ideas del budismo, que favorecería la compatibilidad entre la ciencia y esta religión, existe otro factor en el budismo importante para que dicha compatibilidad se dé.
 
El Dalái Lama habló en su charla acerca de las enseñanzas de Buda (conocidas como Budadharma), en las que el propio Buda expresó que rehusaba enfrentarse a las grandes cuestiones (la cuestión del origen del Universo, la existencia de un Dios, la metafísica, o el propósito de la vida, etc.) simplemente porque éstas escapaban a su misión.
 
Buda consideraba que su labor en la Tierra consistía en aliviar el sufrimiento de los seres vivos. A este respecto, el Dalái Lama declaró: “La misión de Buda no era medir el radio de la Tierra o la distancia entre la Tierra y la Luna o la distancia entre las estrellas, sino enseñar el dharma, con el simple propósito de aliviar el sufrimiento de todas las criaturas vivientes”.
 
Por tanto, la ciencia y la religión budista serían compatibles por el mero hecho de que se ocupan de cosas distintas.
 
Por otro lado, en sus enseñanzas, Buda animó a sus seguidores a creer sólo en aquello que estuviera acorde con su propia experiencia y razón, y no en aquello que hubiesen conocido a partir de fuentes externas, como personas con cierta autoridad.
 
Este planteamiento revela una racionalidad científica en todo su rigor, escribe Wallace, y esto a pesar de que los cuatro fundamentos en los que se debe creer para ser considerado “budista” no sean del todo racionales.
 
Dichos fundamentos son los siguientes: todas las cosas son transitorias, todas las emociones causan dolor, todas las cosas (incluido el “yo”) carecen de una existencia inherente y, por último, el Nirvana va más allá de los conceptos.
 
Un Conflicto que se Evapora
 
En opinión de Wallace, cuya tradición religiosa es la cristiana, cierta proximidad al budismo podría facilitar la reconciliación entre ciencia y cristianismo. El astrónomo escribe que “vivir cerca de la frontera (entre cristianismo y budismo) propiciaría la apertura de los cristianos a las ciencias y demostraría que el cristianismo puede incorporar en sí mismo la ciencia moderna, reservando un espacio totalmente disponible para la metafísica”.
 
Wallace señala que, de esta manera, se superaría la idea ampliamente extendida de que la ciencia puede acabar con la religión, una idea que defienden no sólo los religiosos más temerosos, sino también los ateos convencidos.
 
Según el autor del artículo: “el enfoque budista a la cuestión ciencia-fe no es el tortuoso asunto intelectual que padecen los que se afanan en cuadrar las acciones divinas con ciertas leyes de la física o con algunos detalles de la teoría de la evolución ni para aquellos que rechazan a Dios directamente, porque no pueden probar su existencia en un laboratorio”.
 
Los budistas pasan sus vidas tratando de ver el mundo con claridad, y reconcilian ciencia y religión para formar su propia visión. Desde esta perspectiva, el problema de la lucha entre ciencia y la religión, tan sustancial para tanta gente, simplemente, se evaporaría, concluye el astrónomo.
 
Budismo y Física
 
Los intentos de unir conceptos budistas como no-dualismo con conceptos usados en física como dualidad onda-partícula, popularizados a través de libros como El Tao de la Física (1975, del físico austriaco Fritjof Capra [1939-]) y The Dancing Wu Li Masters (1979, del escritor estadounidense Gary Zukav), hasta ahora han demostrado ser sólo provocativos. Afirmaciones de que pioneros de la teoría cuántica como Werner Heisenberg (1901-1976) y Erwin Schrödinger (1887-1961) fueron influidos profundamente por conceptos budistas no están respaldadas ni por sus propios escritos ni por biografías autorizadas.
 
Budismo y Psicología
 
En 1974 el maestro budista Chögyam Trungpa (1939-1987) predijo que «el budismo llegará al Occidente como psicología» (una visión al parecer recibida con escepticismo en ese tiempo). A la fecha, sin embargo, conceptos budistas han hecho incursiones en las ciencias de la psicología. Algunas teorías científicas modernas como la psicología rogeriana muestran estrechos paralelismos con el pensamiento budista.
 
Budismo y Biología Evolucionista
 
Algunos trabajos interesantes sobre la relación entre budismo y ciencia se están adelantando al comparar las teorías de la escuela yogāchāra (del budismo mahāyāna), relativas a la conciencia de reserva, con la biología evolucionista moderna, especialmente sobre el ADN. Este nexo se funda en que la teoría yogachara de las semillas kármicas funciona bien para explicar el problema de «naturaleza/nutrición» (véanse los trabajos de William Walron sobre este tema).
 
Meditación y Ciencia
 
Durante los años setenta, varios estudios experimentales sugirieron que la meditación budista puede relacionarse con un amplio rango de estados psicológicos. El interés en valerse de la meditación como un medio para producir estados mentales ha sido revivido recientemente a partir de la disponibilidad creciente de tecnologías de exploración del cerebro como IRMf (fMRI en inglés) y SPECT.
 
Estos estudios han sido alentados entusiastamente por el Dalái Lama actual, Tenzin Gyatso (1935-), quien ha expresado su interés en explorar la conexión entre budismo y ciencia occidental, y asiste regularmente a las Conferencias de la Mente y la Vida (véase abajo el respectivo enlace).

Dalai Lama y Los Cientificos del Occidente

Los diálogos Mente y Vida surgieron con el objeto de establecer un diálogo entre el Dalai Lama y científicos de Occidente y tratar de profundizar en el entendimiento de la ciencia de Occidente y la visión de la ciencia contemplativa de Oriente.

Los investigadores occidentales que se han dedicado al estudio de la atención consideran que es muy importante estudiar y conocer el mecanismo que intensifica la atención, pero han tenido poco interés en estudiar y explorar los métodos orientales para el cultivo de la atención. Para el budismo sin embargo, el entrenamiento de la atención mental  constituye la clave para acceder al control de nuestra vida interna y el fundamento mismo de la práctica espiritual. (Una detallada exposición de cómo entiende el budismo la atención mental y su entrenamiento paso a paso, se encuentra en los libros de Nyanaponika Thera, “El Corazón de la Meditación Budista” y  el “Poder de la Atención Mental”).

En estas reuniones el Dalai Lama ha comentado  que el budismo y la ciencia no son visiones contrapuestas del mundo sino enfoques diferentes que apuntan hacia el mismo fin. La esencia de la práctica budista consiste en la investigación de la realidad mientras que la ciencia, por su parte, dispone de sus propios métodos para llevar a cabo esa investigación.

En cuanto al funcionamiento de la mente el budismo es una ciencia milenaria que posee un interés práctico para los investigadores de las ciencias cognitivas y las neurociencias, que puede ofrecer valiosas contribuciones para el estudio y comprensión de las emociones. La visión budista de la mente ofrece un modelo que lleva milenios explorando sistemáticamente y con todo rigor el mundo interno del ser humano. En esta tradición se encuentra un método muy exacto - que ni siquiera la ciencia vislumbra - para explorar las profundidades de la conciencia y pone en cuestión algunos presupuestos básicos de la ciencia psicológica moderna.

El budismo también tiene cosas que aprender de la ciencia y el Dalai Lama con frecuencia  ha dicho que “si la ciencia demuestra hechos que contradicen la visión budista, deberíamos modificar ésta en consecuencia”.

Es importante, señala el Dalai Lama “... que el budismo debe adoptar siempre la visión  que más  se ajuste a los hechos y que, si la investigación demuestra razonablemente una determinada hipótesis, no deberíamos perder tiempo tratando de refutarla. Pero es necesario establecer una clara distinción entre lo que la ciencia ha demostrado de manera fehaciente que no existe (en cuyo caso deberíamos aceptarlo como inexistente) y lo que la ciencia no puede llegar a demostrar”

La búsqueda del progreso material a expensas del desarrollo interno ha afectado profundamente los valores éticos para vivir y con ello ha afectado nuestra vida personal y colectiva.

Ante ese impacto de la ciencia en la sociedad, es importante  reconocer la importancia de explorar la espiritualidad que nos permita recuperar nuestra humanidad.

También es importante señalar que cada vez es mayor el número de personas, científicos sobre todo, que empiezan a comprender que el factor espiritual es importante. Y el Dalai Lama agrega:” y cuando digo “espiritual” no me refiero a ninguna religión o credo particular, sino a la simple compasión afectuosa, al afecto humano y a la bondad” (...) “Yo considero los valores espirituales primarios y la religión secundaria, y la practica de la compasión no requiere devoción religiosa ni fe religiosa; puede ser independiente de la práctica religiosa”.

Estos encuentros del Mind and Life Institute constituyen un acervo invaluable de conocimientos para todos aquellos que se interesan profundamente en las posibilidades de un desarrollo espiritual serio, acorde con el pensamiento moderno, entre cuyos elementos mas importantes está el conocimiento  científico.

Hasta el momento actual se han desarrollado 11 encuentros y su contenido se ha publicado en ingles. Algunos de estos textos han sido traducidos al español.

A  continuación se expone una lista de los temas que se han abordado en los encuentros así como el lugar y la fecha en que se llevaron a cabo.

Encuentro I.

Se celebró en Dharamsala India en el mes de Octubre de 1987.

El encuentro se centró en el fundamento de la ciencia cognitiva moderna que se consideró como el punto de partida más lógico para un dialogo entre la tradición budista y la ciencia moderna. Se abordaron temas como el  método científico, neurobiología, psicología cognitiva, inteligencia artificial, desarrollo cerebral y evolución.

La reunión se transcribió y publicó con el título de: Gentle Bridges: Conversations with the Dalai Lama on the Sciences of Mind (hay traducción al español).

Encuentro II.

Tuvo lugar en el mes de Octubre de 1989 en New Port, California. El tema fue sobre las ciencias del Cerebro y se publicó con el título de Mente y Conciencia, Ed. Luz de Oriente.

Encuentro III.

Tuvo lugar en Dharamsala en 1990

El tema fue la relación entre las Emociones y la Salud. Se publicó en español con el título de Salud Emocional, Ed. Kairos.

En el curso de esta conferencia para facilitar la investigación se creó la red Mente y Vida que relaciona a científicos interesados tanto en la experiencia contemplativa como en la ciencia occidental. En esta reunión nació la idea de crear el Instituto Mente Vida.

Encuentro IV.

Tuvo lugar en Dharamsala en 1992 y el tema fue sobre “El Sueño, los Sueños y la Muerte” Ed. Mandala.

Encuentro V.

Tuvo lugar en Dharamsala el mes de Octubre de 1994 y el tema fue: “Altruism, Ethics, and Compasión y el libro fue publicado en ingles con el título de: “Visions of Compassion: Western Scientist and Tibetan Buddhists  Examine Human Nature”.

Encuentro VI

El encuentro se llevó a cabo en el mes de Octubre de 1997. El volumen que reúne los trabajos de este encuentro se titula: “New Phycis and Cosmology”. Ed. Oxford University Press.

Encuentro VII.

Se celebró en junio de 1998 y fue una continuación del diálogo sobre física cuántica y se llevó a cabo en el Institut fur Experimentalphysic de Innsbruck, Austria.

Encuentro VIII.

Se celebró en Dharamsala en marzo de 2000. El tema fue “Las Emociones Destructivas. Existe publicación en español por la Editorial Vergara.

Encuentro IX.

Se celebró en la University of Wisconsin en Madison en Colaboración con el Health Emotions Research Institute y el Center for Research on Mind-Body Interactions. El encuentro se centró en el modo más eficaz de usar el RMNf y el EEG/MEG en la percepción, la emoción y las relaciones entre la plasticidad neuronal humana y la práctica de la meditación.

Encuentro X.

SE celebró en Dharamsala en Octubre del 2002. El tema elegido fue ¿What es Matter?.

Encuentro XI.

Este fue el primer encuentro público de la serie y se celebró en Boston Massachusetts en el Mes de Septiembre del 2003. El tema elegido fue: Investigation the Mind: Exchanges Between Buddhism and The Behavioral Sciences and how the Mind Works.

En este encuentro se reunieron 22 científicos de prestigio con el Dalai Lama durante dos días. El objetivo central es ver en que forma el Mind and life Institute puede apoyar la colaboración de la investigación entre el budismo y la ciencia moderna, el control cognitivo, la emoción y la ingeniería mental.

En el año 2000, algunos miembros del Mind and Life Institute  iniciaron una ampliación de las investigaciones y comenzaron a investigar los resultados de la practica de la meditación en centros dedicados a las investigaciones sobre el cerebro con la participación de meditadores avanzados. En esta investigación se utiliza el RMNF, el EEG y el MEG y se está llevando a cabo en el CREA de Paris, en la University of Wisconsin, en Madison, y en Harvard University. Los estudios sobre la expresión emocional y de la psicofisiología del Sistema nervioso autónomo se están llevando a cabo en la University of California en San Francisco y en la University of Berkeley.

Encuentro XII.

El próximo encuentro será en la sede del Instituto Nacional de Salud (sus siglas en Ingles NIH) en Mariland en la primavera del 2005. A esta reunión han sido invitados todos los profesionales de la salud que hayan publicado artículos en lo que se use la meditación como un recurso terapéutico.
 
Kalama Sutta
 
El kalama sutta da apoyo a la sinergia entre budismo y la ciencia, por insistir en una apropiada evaluación de la evidencia, en vez de confiar en la fe o en la simple especulación:
"Es correcto que vosotros, Kalamas, dudéis, vaciléis... No aceptéis lo que ha sido adquirido a fuerza de oírlo repetidamente; ni lo que la tradición dice, ni el rumor, ni lo que está en las escrituras, ni lo que se supone que es cierto, ni lo que dicen los axiomas, ni los razonamientos engañosamente brillantes, ni porque tengáis propensión hacia una idea que provenga del pasado, ni lo que depende de la aparente capacidad de otros, ni porque penséis: el monje es nuestro maestro...'"

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