El objetivo de la práctica budista
es hacer emerger la condición de la budeidad y lograr el estado de felicidad
absoluta, es decir, recibir el beneficio de la iluminación. No obstante, la
manifestación de los beneficios varía en las épocas del Primer Día de la Ley,
el Día Medio de la Ley y el Ultimo Día de la Ley.
Nichiren Daishonin dice al respecto:
“Quienes alcanzaron la iluminación
en los Días Primero y Medio manifestaron la iluminación como un beneficio
repentino, porque la relación que habían formado con el Buda Shakiamuni durante
su existencia finalmente había madurado. Ahora, en el Ultimo Día de la Ley, la
gente recibe la semilla de la budeidad por primera vez y, por lo tanto, alcanza
la iluminación como un beneficio paulatino”. (Gosho Zenshu, pág. 1.277)
Los Beneficios de los Días Primero y
Medio de la Ley Fueron Repentinos
Como lo señala el párrafo anterior,
la gente de los Días Primero y Medio de la Ley son personas cuya relación con
el Buda había madurada, dado que la semilla de la budeidad la tenían ya sembrada
desde el pasado y, en los días del Buda Shakiamuni, escucharon sus enseñanzas y
practicaron los ejercicios budistas. Por tanto, al practicar las enseñanzas de
Shakiamuni en los Días Primero y Medio de la Ley, pudieron manifestar en
seguida los beneficios de la iluminación. A esto se le denomina “beneficio
repentino”. En una comparación con las plantas y los árboles, la gente de los
Días Primero y Medio de la Ley son como las plantas que ya tienen raíces y
cierto grado de maduración. El beneficio repentino corresponde al florecimiento
y la fructificación que dan esas plantas.
En cambio, la gente del Último Día
de la Ley no ha tenido conocimiento de las enseñanzas del Buda y no tiene
sembrada la semilla de la budeidad. Por consiguiente, se tiene que sembrar la
semilla de la budeidad llamada Nam-Miojo-Rengue-Kio y, como dice el párrafo
citado, se “recibe la semilla de la budeidad por primera vez”. Tal como una
semilla sembrada en la tierra va extendiendo sus raíces, la semilla sembrada en
la vida va extendiendo sus raíces y desarrollándose. A esto se le llama
“beneficio paulatino”. El Budismo de Nichiren Daishonin es el budismo de la
siembra porque “siembra” la semilla fundamental que es el Nam-Miojo-Rengue-Kio
en la vida de las personas y, por consiguiente, su beneficio se manifiesta a
través de toda la vida.
Como dice Nichiren Daishonin:
Todos los devotos del Sutra del
Loto, si practican tal como enseña el Buda, sin excepción, alcanzarán la
iluminación en esta existencia. Por ejemplo, cuando se siembra arroz en la
primavera o en el verano, a pesar de que existe una diferencia entre el arroz
precoz y el tardío, de todas maneras se cosechan ambos dentro del año. Del
mismo modo, los devotos del Sutra del Loto, aunque existan tres grupos de
varias capacidades, de todas maneras alcanzarán la iluminación en esta
existencia. (Ibid., pág. 416).
Toda persona, sin excepción, si
abraza el Gojonzon y se esfuerza sinceramente en la práctica de Yiguio Keta
(para uno y para los demás), puede alcanzar la budeidad en esta existencia. A
esto se le denomina el logro de la budeidad en la existencia actual.
Naturalmente, el logro de la budeidad no significa la transformación en una
persona especial, totalmente diferente, o que después de la muerte vaya a ir a,
o vaya a nacer en, una “tierra pura”, fuera de este mundo real.
Como dice Nichiren Daishonin:
Las flores de cerezo, de ciruelo, de
durazno y de damasco tienen todas sus propias cualidades y manifiestan las tres
propiedades de la vida del Buda Original, sin cambiar su propio carácter.
(Ibid., pág. 784)
La iluminación, o el logro de la
budeidad, significa hacer florecer las propiedades individuales. Como lo señala
el principio de que el mundo Saja es igual a la Tierra de la Luz Eternamente
Apacible, la iluminación significa construir un estado absoluto que no se deje
influenciar y no pueda ser destruido por nada en este mundo real.
1-
Sabiduría: Es la condición de vida que determina como uno deriva valor de sus
conocimientos.
2-
Comprensión de la eternidad de la vida o la Ley de Causa y Efecto
3-
Persistencia y tolerancia.
4-
Serenidad: Un estado en el cual la mente no divaga y además aprendemos a lidiar
con nuestras circunstancias y la disfrutamos por lo que son.
5-
Buenos alrededores: Quiere decir que las influencias o personas negativas se
evaporan de nuestras vidas.
6-
Reconocimiento de la esencia o principio primordial: Que consiste en reconocer
la verdad de todos los fenómenos de la vida, desarrollar una correcta visión de
la realidad y disminuir el miedo a la muerte.
7-
Mejoramiento del temperamento.
8-
Misericordia.
9-
Comprensión de la verdad: Este Budismo es una filosofía de la vida práctica,
concreta y clara y así nos convertimos en personas con mentes prácticas, concretas
y claras.
10-
Fuerza de propósito: que es una condición de vida que no puede se derribada ni
siquiera por desafíos o dificultades aparentemente imposibles de superar.
11- Iluminación:
la condición de felicidad absoluta donde cada instante es apreciado y
disfrutado.
Nota: El más valioso cambio que se obtiene con esta práctica
es el aumento del control que desarrollamos sobre nuestro destino, volviéndonos
dueños del mismo y esto nos da la medida de cuanto disfrutamos de la vida.
Podemos vencer cualquier obstáculo
con la fuerza vital y la sabiduría que emergen dentro de nosotros al entonar:
NAM – MYOHO – RENGUE – KYO
NAM – MYOHO – RENGUE – KYO
NAM – MYOHO – RENGUE – KYO
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