sábado, 25 de agosto de 2012

SOBRE FLORES Y SEMILLAS

Gosho Zenshu, pág. 900
The major writings of Nichiren Daishonin, pág. 217.

Desde entonces, no he vuelto a tener noticias de ninguno de ustedes. Pero me alegró mucho saber que, en Kasagamori, habían leído mi carta que scribi en la era de Kenji, en memoria del venerable Dozan-bo.
 
Si un árbol posee raíces profundas, sus hojas y sus ramas jamás se marchitaran. Si la fuente es inextinguible, la corriente nunca se secara. El fuego se apaga sin leña suficiente, así como las plantas no pueden crecer sin tierra. Yo Nichiren, estoy realmente en deuda con mi venerable maestro Dozen-bo, por el hecho de haberme convertido en devoto del Sutra del Loto y de que hoy se hable tanto de mí, Nichiren, en el malo y en el buen sentido.
 
Hay cuatro adalides de los Bodhisattvas de la tierra: el primero se denomina Jogyo […] y el cuarto, Aryugyo. Si el Bodhisattva Jogyo aparece en el Ultimo día de la ley, lo mismo debe acurrir con el Bodhisattva Anryugyo.
 
La planta de arroz germina, y sus granos maduran, pero su espíritu retorna a la tierra. Por eso, el tallo puede volver a germinar y a dar grano nuevamente. Los beneficios que yo, Nichiren, obtengo por propagar el Sutra del Loto retornaran a Dozen-bo. ¡Cuán sublime! Se dice que si un maestro posee un buen discípulo, ambos lograrán la budeidad; pero si un maestro forja un mal discípulo, ambos caerán en el estado de infierno.
 
Si el maestro y el discípulo no comparten un mismo espíritu no podrán lograr nada. Luego me extenderé más sobre este tema.
 
Dialoguen siempre unos con otros y remonte los sufrimientos de la vida y de la muerte, hasta llegar a la tierra pura del Pico del Águila, donde podrán concidir y hablar con un mismo propósito.
 
El Sutra dice: “Manifestarán los tres venenos y parecerán abrazar doctrinas erradas. Esté es el medio por el cuál mis discípulos salvan al pueblo”.
 
Cuídense de no olvidar nunca lo que les he señalado hasta aquí.
 
Respetuosamente, Nichiren.
 
De mi puño y letra.

En el cuarto mes del primer año de Koan (1278). Para Joken-bo y Gijo-bo.
 
Antecedentes
 
Nichiren envió este mensaje desde Minobu, en abril de 1278, en ocasión de la segunda ceremonia conmemorativa de fallecimiento de Dozen-bo. Éste había sido prior del templo de Seicho-ji, donde Nichiren había estudiado desde los doce años. “Sobre flore y semillas” fue dirigido a Joken-bo y a Gijo-bo, quienes también eran sacerdotes de dicho templo.
 
La esencia de este Gosho es la relación maestro y discípulo. Nichiren explica, al principio, que un discípulo establece una deuda de gratitud con su maestro, por los resultados que logra. Dozen-bo nunca avenirse a practicar las enseñanzas de Nichiren, si bien es probable que haya estado convencido de su veracidad. Se sentía comprometido a raíz de su posición como prior de otra escuela budista. Pero no obstante, Nichiren expresa profundo Gratitud frente al maestro fallecido que lo inicio en el sacerdocio.

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