"Los principales escritos de Nichiren Daishonin" Glosario Vol. I-II 1995-1998 SGIAR.
"Mistico, en la expresión "secreto y mistico" se refiere al mismisimo prodigio, a la naturaleza de la vida humana.
En otras palabras los nueve estados son entidades de la budeidad. Este es el principio de que los nueve estados poseen elmpotencial de la budeidad. Y cuando uno logra comprender esta realidad , se torna evidente que la budeidad no se manifiesta separadamente de los nueve estados de los seres vivientes comunes.
Solo se manifiesta dentro de ellos. Este es el principio de que la budeidad conserva los 9 estados. Si consideramos nuestro objetivo de manifestar la Budeidad como la verdad y los 9 estados como medios habiles, los medios habiles serian identicos a la verdad (los nueve estados poseen el potencial de la budeidad) y la verdad seria identica a los medios habiles (La budeidad coseva los 9 estados).
Este es el significado del medio secreto y místico". (Daisaku Ikeda en La sabiduría del Sutra del Loto: Diálogo sobre la religión en el siglo XXI, Sección 6, fascículo 3, pp. 38-39)
"El punto más fuerte de la posesión mutua es que los nueve estados están dotados de la Budeidad, y que la Budeidad está dotada de los nueve estados". (Daisaku Ikeda en La sabiduría del Sutra del Loto
Diálogo sobre la religión en el siglo XXI, Sección 7, fascículo 4, p. 10)
Cada uno de los Diez Estados de la vida tiene el potencial de manifestarse y de manifestar, asimismo, los otros nueve. Cada uno de los Diez Estados contiene a todos los otros. Los sutras expuestos antes del Sutra del Loto sostenían que los Diez Estados se encontraban en lugares físicos diferentes, cada uno con sus propios moradores.
Por ejemplo, el Kusha Ron (Un tesoro de análisis sobre la Ley) de Vasubandhu establece que el Infierno existe mil yojana por debajo del suelo (un yojana es la distancia que, supuestamente, caminaba el ejército real en un día; alrededor de veinticuatro kilómetros, según una fuente). El Sutra de la meditación acerca de la Ley Verdadera (Shobonen) afirma que el estado de Hambre se encuentra a quinientos yojana bajo tierra. Los seres en estado de Animalidad (seres sensibles no humanos) viven en el agua, en el suelo y en el aire. Los que están en estado de Ira moran en el mar.
Humanidad es el estado de los que habitan la tierra, y a los que están en Extasis, les corresponde un palacio o la cumbre de una montaña. Los seres en estado de Aprendizaje y Comprensión Intuitiva viven en la Tierra de Transición. Los bodhisattvas, en la Tierra de la Recompensa Real, y los budas, en la Tierra de la Luz Eternamente Tranquila. El Sutra del Loto, por el contrario, rechaza la idea de que los Diez Estados están separados unos de otros. En realidad, cuando se predicó el Sutra del Loto los moradores de los Diez Estados se reunieron al mismo tiempo; ese hecho es, en sí, la negación de la independencia permanente de cualquiera de ellos.
El Sutra del Loto agrega que todos los seres de los nueve estados poseen la naturaleza de Buda. Esa es otra manera de expresar que todas y cada una de las personas poseen el potencial para manifestar la Budeidad. A la luz del Sutra del Loto, la vida no permanece estable en uno u otro de los Diez Estados, sino que puede manifestar cualquiera de ellos, desde Infierno hasta Budeidad, en cualquier momento. Para alguien que se encuentra en estado de Infierno, el entorno es miserable, sea éste cual fuere. Para quien experimenta Extasis, ese mismo entorno está colmado de felicidad. Si los Diez Estados indicaran lugares donde habita la gente, los que están en el Infierno jamás podrían apartarse del sufrimiento, mientras permanecieran en ese estado. Por el contrario, cuando se demostró que los Diez Estados se referían a condiciones de la vida, se esclareció que los que padecían el Infierno también podían experimentar alegría. La posesión mutua de los Diez Estados indica una posibilidad permanente de cambiar de una condición a otra.
Aún si un estado domina en un momento dado, los otros también están presentes; cualquiera de ellos puede ser el dominante un segundo después. "Al explicar la posesión mutua de los Diez Estados, el Daishonin afirma: ‘El Buda también habita en el estadio de la práctica y vuelve a ingresar en el estado de Bodhisattva. Aunque en realidad ha alcanzado el estado más elevado de perfecta iluminación, adopta el estado de iluminación ‘cuasiperfecta’.’" El sacerdote chino Miao-lo (712-782), noveno patriarca de la escuela T'ien-t'ai, escribió: "Tanto la vida como el ambiente del Infierno existen dentro de la vida del Buda. Por otra parte, la vida y el ambiente del Buda no trascienden la vida de los mortales comunes".
En este caso, por Infierno, debemos entender en un sentido amplio, los otros nueve estados aparte del de Buda. Esto significa que el estado de Buda contiene a los otros nueve y que cada uno de los nueve contiene al de Buda. Los angustiosos tormentos del Infierno existen dentro del estado de Buda; el Buda, en su gloriosa plenitud, está presente en un solo pensamiento humano. Ninguno de los Diez Estados está aparte de los otros. Todos se funden en una sola entidad de vida, en acción perpetua, aun cuando sólo estén en condición potencial de ku. Cada uno de los estados contiene a todos los otros; en cualquier momento puede ser suplantado en el plano manifiesto por cualquiera de los otros. Al observar la vida de una persona por un cierto tiempo, se puede comprobar la existencia en ella de una tendencia básica o una fuerte inclinación hacia uno o más de los Diez Estados. La vida de un individuo misericordioso está centrada alrededor del estado de Bodhisattva. No obstante, alguien cuya tendencia vital básica es la de Bodhisattva puede manifestar Hambre, Extasis o algún otro estado, en cualquier momento.
Por ende, la condición de Bodhisattva, o cualquier otra, posee el potencial de manifestar todas las demás. La personalidad, que se puede definir como la totalidad de las tendencias emocionales y de conducta en un individuo, se relaciona estrechamente con los Diez Estados del ser, al igual que los hábitos. Casi todas las personalidades tienden a manifestarse con más frecuencia en uno de los Estados que en los demás. Cuando alguien ha tomado el ideal de Buda como base de su vida y reconoce que los otros nueve estados están contenidos en él, cada uno de esos estados, desde el más bajo hasta el más elevado, puede convertirse en impulso para la propia revolución humana. A la inversa, es imposible hacer del estado de Buda la base de la vida sin aceptar la enfurecida turbulencia de los otros nueve estados, pues son coexistentes. Uno acepta todas las influencias del mundo exterior y las transforma en estímulos para desarrollarse.
El término "revolución humana" indica la elevación gradual del estado de vida que se manifiesta como la tendencia primordial de un individuo y, asimismo, la consolidación de la Budeidad como la base de su vida. Como consecuencia de esa elevación, las actividades de la vida se centran alrededor del estado más excelso, el de la Budeidad. Al ayudar a otros a vivir, uno alcanza la propia transformación. Tal es el principio de la revolución humana basada en la teoría de la Posesión Mutua de los Diez Mundos. "Escribe el Daishonin: ‘Si otros no consiguen manifestar la iluminación, yo tampoco puedo hacerlo; si otros pueden lograr la Budeidad, yo logro la Budeidad. Cuando otros hombres y mujeres comunes nacen en la Tierra Pura, yo mismo nazco en la Tierra Pura’. Antes de que existiera la doctrina de la posesión mutua de los diez estadis, los problemas e inquietudes de los demás eran tomados como algo separado y alejado de un mismo.
Pero, a partir de que se enseña la posesión mutua, la gente comienza a comprender que el logro de la iluminación de los semejantes es, en realidad, el logro de su propia iluminación, y que si los otros no pueden manifestar la Budeidad, tampoco ellos podrán hacerlo.". "El bodhisattva Jamás Despreciar (Fukyo), uno de los personajes que se mencionan en el Sutra del Loto, expresa la visión de la vida contenida en la doctrina de la posesión mutua, a través de su conducta y de sus acciones. Aunque es objeto de burlas y de persecuciones, sigue mostrando respeto y reverencia a los miembros arrogantes que constituyen las cuatro clases de creyentes (monjes, monjas, laicos y laicas)". "Los bodhisattvas que abrazan el vehículo único de la Budeidad, después de que los tres vehículos adquieren su perspectiva correcta, se basan en el principio de la posesión mutua de los Diez Estados, según el cual todos los seres vivientes pueden alcanzar la iluminación por igual, incluidos los que escuchan la voz, después de su profundo cambio. Armados con esta profunda filosofía, se embarcan en el gran desafío de guiar a todos lo seres vivientes hacia la iluminación; y al hacerlo, por primera vez, ingresan en el mismo camino del Buda.
En esta consagración primordial, el maestro y el discípulo se convierten en camaradas y comparten un mismo objetivo; unidos por el vínculo de predecesor y sucesor en la fe, transitan por un camino mancomunado. El verdadero sendero de maestro y discípulo consiste en avanzar con esa unión, con esa inseparabilidad de corazón y propósito".
"Ya que el universo es, en sí, una entidad que corporifica los Diez Estados, estos mismos estados inherentes al universo aparecen en respuesta a las condiciones de cada planeta, en respuesta a diversas causas, o por haber percibido que era el tiempo o la circunstancia propicia para su manifestación. (...) el principio de la posesión mutua de los Diez Estados brinda una perspectiva muy valiosa que puede contribuir a la teoría de la evolución y a otros aspectos de las ciencias que estudian la vida". (Katsuji Saito en La sabiduría del Sutra del Loto: Diálogo sobre la religión en el siglo XXI, Sección 9, fascículo 5, p. 6)
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