NICHIREN es la persona más perversa del Japón. Y la razón es ésta: Nichiren
proclama que las tres calamidades y los siete desastres están ocurriendo con una
magnitud mayor que la de ninguna otra época y que los desastres naturales hoy
son más terribles que nunca, porque las personas veneran a los budas Amida,
Dainichi, Yakushi y a otros budas, aún más que a sus propios padres y señores
feudales. Siempre les estoy recordando que, además de causar su propia ruina y
destruir la nación en esta existencia, caerán en las profundidades del Infierno
en la próxima. Por eso tuve que sufrir esta persecución. Se me podría comparar
con una polilla que se lanza a volar sobre el fuego o con un ratón que se
aparece frente a un gato. Soy como un animal que sabe que está en peligro, pero
no presta atención. Sin embargo, arriesgo la vida en un acto de elección
consciente: por lo tanto, yo, Nichiren, soy un hombre perverso.
También
es cierto que las personas despedazan las piedras para extraer las joyas ocultas
en la roca, que desuellan los ciervos para quitarles la piel y la carne, que
capturan los peces por su delicado sabor, que matan el martín pescador por su
magnífico plumaje, que envidian a la mujer hermosa por su belleza. Lo mismo
sucede conmigo, Nichiren: como soy el devoto del Sutra del Loto, he sufrido toda
clase de persecuciones a manos de los tres enemigos poderosos. ¡Qué prodigioso
que usted, a pesar de esto, se haya convertido en discípulo de alguien así! En
nuestra relación tiene que haber una profunda causa. Haga todos los esfuerzos
posibles para profundizar su fe y alcanzar la tierra pura del Pico del
Águila.
He recibido las dos espadas .una corta y otra larga.[1] para ser
ofrendadas durante la oración. La espada larga tiene que haber sido forjada por
un prestigioso maestro espadero. Es completamente igual que las célebres espadas
Amakuni, Onikiri y Yatsurugi,[2] o que las famosas espadas chinas Kan-chiang y
Mo-yeh.[3] Usted ha ofrecido esta espada al Sutra del Loto. Mientras la llevó
envainada sobre el costado, fue una espada maligna, pero ahora que ha sido
ofrendada al Buda, se convirtió en una espada del bien, como sucede con un
demonio que profesa el Budismo. ¡Qué extraño y qué prodigioso! En su próxima
vida, usará esta espada como bastón. El Sutra del Loto es el bastón que sostiene
a todos los budas de las tres existencias, mientras se internan en el camino
hacia la iluminación. Sin embargo, usted debe confiar en Nichiren como bastón.
Cuando uno usa bastón, no trastabilla en las peligrosas sendas de montaña ni en
los caminos escarpados. Cuando uno es llevado de la mano, no tambalea jamás.
Nam-myoho-renge-kyo será el bastón indestructible que lo llevará a salvo por
sobre las montañas de la muerte. Los budas Shakyamuni y Taho, así como los
cuatro bodhisattvas encabezados por Jogyo, lo conducirán de la mano en su
travesía. Si yo, Nichiren, muero antes que usted, iré a recibirlo en el momento
de su muerte. Y si usted muere antes que yo, me ocuparé de informarle al rey
Emma todo lo que a usted respecta. Cada cosa que le digo es verdad. Según el
Sutra del Loto, Nichiren es el guía del difícil camino hacia la iluminación.
Dedíquese a la fe con corazón puro y sincero, para poder llegar al Pico del
Águila.
El dinero sirve para muchos fines, según sea nuestra necesidad. Lo mismo se aplica al Sutra del Loto. Será un farol en la oscuridad o un bote en el cruce de un río. Por momentos, será agua, y, en ocasiones, será fuego. Y por ser así, el Sutra del Loto nos garantiza “paz y seguridad en esta vida y buenas circunstancias en la próxima”.[4]
De los muchos lugares que hay en el Japón, yo, Nichiren, nací en la provincia de Awa. Se dice que, cuando la deidad del Sol descubrió la tierra del Japón, primero habitó en la provincia de Awa. También en Awa se erige el santuario a esta deidad. Y como ella es la progenitora misericordiosa de la nación, esta provincia debe de tener un gran significado. ¿Qué destino hizo que yo, Nichiren, naciera en este mismo lugar? No podría haber recompensa mayor. Como éste no es el punto central de la carta, no me extenderé en detalles. Pero piense en lo que he querido decirle.
Oraré a las deidades con todo mi corazón. Sea constante en la fe para que se cumpla su deseo. Cuéntele a su esposa todo lo que le he dicho.
Con mi profundo respeto,
Nichiren.
De mi puño y letra.
En el vigésimo primer día del segundo mes.
ANTECEDENTES
Esta carta fue escrita el 21 de febrero de 1274, desde Ichinosawa, isla de Sado, para Hojo Yagenta, de Kamakura.
Ya había sido enviada, desde Kamakura, una nota de perdón fechada el catorce de ese mes, pero que Nichiren Daishonin recibió el 8 de marzo.
Hojo Yagenta pertenecía al clan Hojo, que gobernaba en aquella época. En 1268, un delegado del Imperio Mongol había llegado al Japón con el manifiesto de Khubilai Khan que exigía la rendición. Yagenta había recibido una de las once cartas escritas por el Daishonin para amonestar al gobierno por su apoyo a las creencias desviadas.
El primer párrafo expone claramente el absoluto compromiso del Daishonin de salvar a sus semejantes. Asumía gustoso cualquier riesgo personal. Tal era su misericordia. Al agradecer a Yagenta su regalo de dos espadas, destaca que cuando un individuo ofrece al Buda algo que aprecia, el valor del regalo se acrecienta. Para un samurai, la espada representaba la corporificación de su fortaleza y de su posición social. Obviamente, el regalo de Yagenta era costoso, pero el Daishonin explica el cambio de propósito que resulta de su ofrenda. Las espadas son símbolos de poder y de muerte, pero se transforman en objeto de buenos propósitos cuando son ofrecidas como prenda de fe sincera. El gesto de Yagenta pasó a ser una demostración de fe y de devoción. Algunos años más tarde, entró en el sacerdocio.
Al comparar Nam-myoho-renge-kyo con una poderosa espada, el gosho indica que todas las cosas son temporales y que sólo la Ley suprema .la fuerza vital eterna del Buda original. perdura en forma inmutable. Es la única cosa de la que el hombre puede fiarse. Las necesidades de las personas difieren en gran medida, pero el Gohonzon las satisface todas.
Las referencias a Awa que aparecen hacia el final de esta carta aluden a la identidad de Nichiren Daishonin como Buda original.
Citas:
[1] Dos espadas: Se cree que una espada forjada por el célebre espadero Munechika, que se conserva en el templo principal Taiseki-ji, fue una de estas dos que menciona el gosho, ofrendadas por Yagenta.
[2] Amakuni, Onikiri y Yatsurugi: Célebres espadas japonesas. La primera fue hecha por un espadero homónimo, durante el periodo Nara (710-784). La espada Onikiri fue una valiosa posesión del clan Minamoto, y la última es la espada sagrada del templo Yatsurugi.
[3] Kan-chiang y Mo-yeh: Marido y mujer. Juntos, forjaron dos soberbias espadas a las que, luego, se les dio su nombre.
[4] Sutra del Loto, cap. 5
El dinero sirve para muchos fines, según sea nuestra necesidad. Lo mismo se aplica al Sutra del Loto. Será un farol en la oscuridad o un bote en el cruce de un río. Por momentos, será agua, y, en ocasiones, será fuego. Y por ser así, el Sutra del Loto nos garantiza “paz y seguridad en esta vida y buenas circunstancias en la próxima”.[4]
De los muchos lugares que hay en el Japón, yo, Nichiren, nací en la provincia de Awa. Se dice que, cuando la deidad del Sol descubrió la tierra del Japón, primero habitó en la provincia de Awa. También en Awa se erige el santuario a esta deidad. Y como ella es la progenitora misericordiosa de la nación, esta provincia debe de tener un gran significado. ¿Qué destino hizo que yo, Nichiren, naciera en este mismo lugar? No podría haber recompensa mayor. Como éste no es el punto central de la carta, no me extenderé en detalles. Pero piense en lo que he querido decirle.
Oraré a las deidades con todo mi corazón. Sea constante en la fe para que se cumpla su deseo. Cuéntele a su esposa todo lo que le he dicho.
Con mi profundo respeto,
Nichiren.
De mi puño y letra.
En el vigésimo primer día del segundo mes.
ANTECEDENTES
Esta carta fue escrita el 21 de febrero de 1274, desde Ichinosawa, isla de Sado, para Hojo Yagenta, de Kamakura.
Ya había sido enviada, desde Kamakura, una nota de perdón fechada el catorce de ese mes, pero que Nichiren Daishonin recibió el 8 de marzo.
Hojo Yagenta pertenecía al clan Hojo, que gobernaba en aquella época. En 1268, un delegado del Imperio Mongol había llegado al Japón con el manifiesto de Khubilai Khan que exigía la rendición. Yagenta había recibido una de las once cartas escritas por el Daishonin para amonestar al gobierno por su apoyo a las creencias desviadas.
El primer párrafo expone claramente el absoluto compromiso del Daishonin de salvar a sus semejantes. Asumía gustoso cualquier riesgo personal. Tal era su misericordia. Al agradecer a Yagenta su regalo de dos espadas, destaca que cuando un individuo ofrece al Buda algo que aprecia, el valor del regalo se acrecienta. Para un samurai, la espada representaba la corporificación de su fortaleza y de su posición social. Obviamente, el regalo de Yagenta era costoso, pero el Daishonin explica el cambio de propósito que resulta de su ofrenda. Las espadas son símbolos de poder y de muerte, pero se transforman en objeto de buenos propósitos cuando son ofrecidas como prenda de fe sincera. El gesto de Yagenta pasó a ser una demostración de fe y de devoción. Algunos años más tarde, entró en el sacerdocio.
Al comparar Nam-myoho-renge-kyo con una poderosa espada, el gosho indica que todas las cosas son temporales y que sólo la Ley suprema .la fuerza vital eterna del Buda original. perdura en forma inmutable. Es la única cosa de la que el hombre puede fiarse. Las necesidades de las personas difieren en gran medida, pero el Gohonzon las satisface todas.
Las referencias a Awa que aparecen hacia el final de esta carta aluden a la identidad de Nichiren Daishonin como Buda original.
Citas:
[1] Dos espadas: Se cree que una espada forjada por el célebre espadero Munechika, que se conserva en el templo principal Taiseki-ji, fue una de estas dos que menciona el gosho, ofrendadas por Yagenta.
[2] Amakuni, Onikiri y Yatsurugi: Célebres espadas japonesas. La primera fue hecha por un espadero homónimo, durante el periodo Nara (710-784). La espada Onikiri fue una valiosa posesión del clan Minamoto, y la última es la espada sagrada del templo Yatsurugi.
[3] Kan-chiang y Mo-yeh: Marido y mujer. Juntos, forjaron dos soberbias espadas a las que, luego, se les dio su nombre.
[4] Sutra del Loto, cap. 5
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