jueves, 23 de agosto de 2012

LA PERSONA Y LA LEY

El siguiente material ha sido extraído de Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, págs. 269 a 271.
 
Su mensajero me acaba de informar que usted está sufriendo una grave enfermedad. Espero que se recupere pronto y que pueda venir a verme.
 
También recibí los obsequios que me envió: dos sacos de sal, uno de porotos de soja, un talego de algas marinas y un recipiente de bambú lleno de sake. No lo he visto desde que regresó a su hogar desde la provincia de Kozuke y estuve preguntándome cómo estaría. Me es difícil encontrar palabras para expresarle cuánto aprecio su sinceridad al haberme escrito y enviado tantos obsequios.
 
Como bien sabe, uno de los sutras nos cuenta la historia de Tokusho Doji, quien ofreció al Buda una torta de barro y, tiempo después, renació como el rey Ashoka, que gobernó casi todo el territorio de la India.1 Puesto que el Buda es digno de respeto, el niño pudo recibir esta gran recompensa, aunque la torta era sólo de barro. Sin embargo, el buda Shakyamuni enseña que la persona que hace ofrendas al devoto del Sutra del Loto en el Último Día de la Ley, aunque sea por un solo día, obtendrá una fortuna incomparablemente mayor que la que acumularía ofrendando incontables tesoros al Buda durante cien mil eones. Entonces, ¡cuán maravillosa es su sinceridad genuina, que lo ha llevado a proteger al devoto del Sutra del Loto durante años! De acuerdo con las palabras del Buda, es seguro que usted renacerá en la tierra pura del Pico del Águila. ¡Qué gran buena fortuna posee!
 
Éste es un lugar montañoso, alejado de todo asentamiento humano. No hay una sola aldea en ninguna dirección. Aunque vivo en una choza abandonada, en lo profundo de este cuerpo mortal preservo la suprema Ley secreta heredada del buda Shakyamuni en el Pico del Águila. Mi corazón es el lugar donde todos los budas entran en el nirvana; mi lengua, donde ellos hacen girar la rueda de la doctrina; mi garganta, donde nacen en este mundo, y mi boca, donde logran la iluminación. Ya que esta montaña es el lugar donde vive el prodigioso devoto del Sutra del Loto, ¿podría ser menos sagrada que la tierra pura del Pico del Águila? Puesto que la Ley es suprema, la Perso-na es digna de respeto; puesto que la Persona es digna de respeto, la Tierra es sagrada. En el capítulo “Jinriki” se lee: “Ya sea en un bosquecillo, bajo un árbol o en un monas-terio, los budas entran en el nirvana”. Los que visitan este lugar pueden, de inmediato, expiar las malas causas que han cometido desde el infinito pasado y convertir el mal de los tres karmas —ilusiones, errores y sufrimientos— en las tres virtudes —sabiduría, verdad y libertad.2
 
Cierta vez, un viajero afligido de la India central llegó hasta el lago Munetchi, para extinguir las llamas de la angustia que consumían su corazón. Proclamó que sus aguas habían satisfecho todos sus deseos, del mismo modo que el agua de un estanque fresco y cristalino sacia la sed. Aunque el lago Munetchi y este lugar son diferentes, el principio es exactamente el mismo. Por eso, el Pico del Águila de la India ahora se encuentra aquí, en el monte Minobu. Ya ha pasado mucho tiempo desde la última vez que usted estuvo en este sitio. Debe venir a verme tan pronto como le sea posi-ble. Espero ansiosamente el momento de verlo.
 
¡Es imposible describir su sinceridad, su sinceridad real-mente espléndida!
 
Nichiren.
 
De mi puño y letra.
 
En el undécimo día del noveno mes, en el cuarto año de Koan (1281).
 
1 Esta historia figura en el Sutra Zo-agon (Samyuktagama), uno de los cuatro sutras Agama o Agon.
 
2 Las ilusiones (en sánsc.: klesa) se convierten en sabiduría (prajna), los errores (karma), en verdad (dharmakaya), y los sufrimientos (duhkha), en libertad (vimukti). Los términos técnicos del original se ampliaron en la traducción, en beneficio de la claridad.
 
Antecedentes:
 
Después de la persecución de Atsuhara, en la que Nanjo Toki-mitsu desempeñó un papel extremadamente importante, ya que protegió a los sufridos creyentes, el gobierno hostigó a su familia exigiendo impuestos elevados e irrazonables. Final-mente, este seguidor no pudo ni siquiera mantener un caballo —toda una afrenta para un joven samuray— o comprar ropa para su esposa e hijos. A pesar de sus propias dificultades económicas, continuó enviando provisiones al Daishonin, que se hallaba en Minobu. “La Persona y la Ley” fue escrito como expresión de gratitud por algunos obsequios, el 11 de se-tiembre de 1281.
 
Nanjo Tokimitsu tenía apenas veintidós años cuando recibió esta carta. Como se desprende del texto, estaba sufriendo de una grave enfermedad. Sin embargo, de todo corazón sostenía al Daishonin sin pensar en sus problemas personales. Nichi-ren Daishonin le asegura que definitivamente recibirá bene-ficios por sus acciones devotas.
 
Cuando Nichiren Daishonin afirma: “Mi corazón es el lugar donde todos los budas entran en el nirvana; mi lengua, donde ellos hacen girar la rueda de la doctrina; mi garganta, donde nacen en este mundo, y mi boca, donde logran la ilumi-nación”, se identifica como Buda original y revela que su vida es la entidad de Nam-myoho-renge-kyo, mediante el cual todos los budas en el universo logran la iluminación. Por lo tanto, concluye que el monte Minobu puede compararse con el Pico del Águila, donde el buda Shakyamuni expuso el Sutra del Loto, su enseñanza más elevada. Esto concuerda con el principio: “Puesto que la Ley es suprema, la Persona es digna de respeto; puesto que la Persona es digna de respeto, la Tierra es sagrada”.

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