Se hallaba retirado en Minobu. El trasfondo de esta carta tiene
que ver con su intención de elogiar el espíritu de ofrenda de Nanjo, por un
lado, y la persistencia sólida de la fe, por el otro. Nanjo estaba pasando
muchos sufrimientos económicos a causa de la fe, y que a pesar de eso, su
sinceridad era ejemplar.
Sobre el Rey ASHOKA
Fuentes:
Dialogo con los jóvenes: Alejandro Magno y el rey Ashoka (3), “Un gobierno
humanista” AS N° 702, Diccionario budista pág 17 Sgi NL N° 1192, 1899, 1903,
1992, 1993, 2276, 2391, 3147, 3386,3385, “Sobre cómo pueden lograr la
iluminación mediante el Sutra del Loto aquellos que desde un principio
aspiraban al Camino”, “Razones por las cuales escribí el Rissho Ankoku Ron”.
Ashoka
fue hijo y nieto de dos grandes gobernantes. Su abuelo, Chandragupta, fue uno
de los genios militares de su tiempo, autor de campañas y de conquistas
asombrosas, fundó la dinastía Maurya, la más destacada de la historia india. Su
padre fue Bindusara, segundo monarca de la dinastía. Y él, tercero en linaje,
fue el primer rey que unió el país.
Este
monarca, que unificó la tierra a través del Dharma (la Ley o verdad suprema),
seguirá siendo fuente de inspiración para la humanidad en el siglo XXI, en el
siglo XXII y aún después.
Logró
transformar la naturaleza del imperio: de un gobierno por la fuerza a un
gobierno por la moral. Y esto fue toda una revolución. Señaló un corte
fundamental entre un orden en que el pueblo existia en bien del soberano y un
nuevo gobierno, instaurado en bien de sus habitantes. Fue el primer intento en
la historia humana de vivir en paz, de acuerdo con la moralidad, en lugar de
continuar con una jerarquía basada en la ley de la selva, como la que había
imperado hasta ese entonces.
Algunos
de sus edictos admirables dicen cosas como éstas:
“Debemos
ganarnos la confianza del pueblo. Todos los habitantes son mis hijos. Juro
procurarles toda clase de beneficios y de comodidades, como podría desear a mi
propia descendencia, en esta vida y en la próxima”, “No
deben seguirme porque soy el Rey, el líder”.
“En
cada momento y a cada lugar, mis amanuenses deben informarme sobre la situación
del pueblo. (...)Pues creo que es mi deber trabajar en beneficio de todos los
seres. (...) En verdad, no hay actividad más importante que beneficiar a todos
los seres vivientes”.
Su
familia venía de una tradición de expansión militar ambiciosa y bruta. Ashoka
fue criado con estos sentimientos y esta sed de poder. Se dice, por ej., que ,
para asegurarse que nadie intentara quitarle el trono, mandó matar a sus 99
hermanos o hermanastros.
Lo
cierto es que, en determinado momento, alguien le hizo Shakubuku, alguien le
enseño el Budismo y él se convirtió, pero los dos o tres primeros años de su
práctica no comprendió mucho el corazón del Budismo, y siguió basando su vida
en la ideología del poder que practicaba desde la cuna.
Hasta
que, Sensei dice:
“Entre los edictos del rey Ashoka, hay uno que expresa su
profunda contrición y su arrepentimiento:
“Este es un tema de profundo pesar y
reproche...”
¿Qué
le provocaba tantos remordimientos?
¿De qué tenía que lamentarse este rey tan
poderoso, que logró unir todo el territorio de la India?
“Como
bien sabrán, lo que se reprochaba era la conquista de Kalinga, un estado vecino
que avanzaba a paso raudo y surgía como potencia gracias a sus propios méritos,
justo cuando Ashoka lo invadió. Sus fuerza lograron una victoria aplastante, la
conquista, desde el punto de vista militar, fue un éxito rotundo. Pero el
sufrimiento que produjo ese triunfo fue, también, sobrecogedor. El precio que
hubo que pagar en vidas humanas y derramamiento de sangre fue, a todas luces,
excesivo. Se dice que, en la batalla de Kalinga, murieron cien mil efectivos
militares y ciento cincuenta mil soldados quedaron prisioneros. Pero las bajas
civiles fueron muchísimo mayores. Incontables filas de ciudadanos se vieron
obligadas a abandonar su tierra natal, lanzadas al eterno deambular de los
refugiados.
“Casi
nos parece escuchar los gritos desgarradores que debieron de colmar la tierra,
mientas las personas se veían irremediablemente separadas de sus seres
queridos: padres que perdían a sus hijos, esposas que quedaban sin compañero,
maestros alejados de sus alumnos, amigos en recíproco duelo....
“Frente
a ese retrato de infierno, el rey Ashoka sintió la tortura de un remordimiento
insoportable. ¿Cuál fue el propósito de esta conquista?, debió de haberse
preguntado. ¿Para qué expandí el territorio bajo mi control? ¿Por qué causa
ejercí semejante fuerza? ¿No es la felicidad el propósito de la existencia?
¿Acaso la vida no es preciosa e irremplazable? ¿De qué sirve una guerra que
provoca semejante devastación? ¿Por qué las personas debemos matarnos unas a
otras?
“Desde la inmensa distancia del tiempo, casi puedo escuchar el lamento vivo del
alma de Ashoka....(...)
“Cuando terminó de derramar amargas lágrimas de remordimiento, se puso de pie y
dejó a un lado las armas. En lugar de armas, blandió la espada del Drama.
“El
Drama. O Ley Budista, es la verdad suprema y universal que se aplica no sólo a
los seguidores del Budismo, sino a todas las religiones, a todos los pueblos, a
todos los seres vivios del cosmos. Vivir de acuerdo con esta verdad es
correcto, civilizado y virtuoso. Es el camino de la vida, la senda del
humanismo.
“El
rey Ashoka resolvió dedicar su vida al pueblo. Pero no lo hizo con el simple
afán de ganarse la simpatía de la gente. Muy por el contrario, reconocía que
él, como soberano, era sostenido en su posición gracias al respaldo del pueblo
y que podía llevar a cabo su tarea gracias a la gente. Por eso proclamaba.
“Todos mis esfuerzos se originan en el deseo de saldar la deuda de gratitud que
he contraído con el pueblo”.
“El
gobierno es el proceso de saldar la deuda de gratitud que un soberano contrae
con todos los seres vivientes.
“El
Budismo enseña que uno debe retribuir los favores recibidos de todos los seres
vivios. EL rey Ashoka consagró todo su ser y su espíritu a saldar esta deuda
con las personas. Y el pueblo, a su vez, le respondió con su respaldo y
devoción. “Como líder de la nación, el rey Ashoka experimentó un cambio de
corazón, tras la guerra que libraba para conquistar el reino de Kalinga. Y, a
causa de este cambio en su postura, pudo transformar el curso de todo un país y
de la historia inclusive.
Asumió
el desafío de crear un gobierno humanitario. Trabajó sin descanso; ordenó a sus
ministros que le informaran sobre sus actividades a todo momento y en todo
lugar. Se consagró a las labores humanitarias: construyó hospitales y parques,
fuentes y caminos, albergues de descanso para los viajeros, asilos para los
pobres, instituciones para educar a las mujeres, como el Ministerio de Asuntos
de la Mujer...Plantó árboles a la vera de las rutas, importó hierbas
medicinales y las hizo cultivar en su territorio...
“Y
todo esto ocurrió más de mil años antes de que surgiera, en Occidente, el
concepto de “bienestar social”
“El rey Ashoka redujo la matanza de seres vivientes al mínimo, y hasta llegó a
construir hospitales para animales.
”Y,
como líder del imperio, aunque él personalmente era devoto del Budismo, no dio
a esta religión ningún trato preferencial o privilegiado. Sus dos principios de
gobierno centrales fueron no suprimir la vida y ejercer el respeto mutuo.
“Uno
de los más importantes logros del rey Ashoka fue liberar al Budismo de su mundo
cerrado y clerical.
“El
primer mandatario de la India independiente, Jawaharlal Nehru (1889-1964) hizo
el siguiente comentario:
“(El) Dharma, para Ashokan no fue la mera repetición
de oraciones vacías ni la celebración de pujas (ofrendas) o de
ceremonias, sino la ejecución de buenas acciones y el mejoramiento de la
sociedad”.
“En
aquellos días, el Budismo era, más que nada, una religión de monjes. Pero el
Rey, un creyente laico, trató de expresar el Dharma (La Ley, la verdad, la
justicia) en la vida concreta de la sociedad.
“No
me sentiré satisfecho hasta que todas las personas del mundo hayan recibido
beneficios. Seguiré luchando hasta entonces, me dedicaré a mi deber” Este fue
su espíritu.
“¿Cómo
puedo detenerme antes de que todos sean felices, como detenerme, antes de haber
transmitido a todos el mensaje de verdad y de justicia?”. El rey Ashoka no se
daba por satisfechos con medias tintas. Toda su vida siguió esforzándose, hasta
el último día. ( Se dice que gobernó durante 37años...)
Ashoka
enfrentó muchas dificultades. Hubo resistencia. Hubo conspiraciones. Pero, una
vez que decidió sus reformas, no retrocedió jamás.
“Y
fue un hombre de acción. En uno de sus edictos, proclamó:”Quiero poner en
acción todo lo que considero correcto; anhelo concretar la justicia”.
“¿Qué
es la felicidad para los seres humanos? Yace en el esfuerzo sostenido y firme
de cada uno, para poder declarar, cuando concluye cada día: “¡Hoy di lo mejor
de mí¡ ¡Hoy, no tento nada que lamentar¡ ¡Hoy, he triunfado¡”.
Este
gosho tiene dos grandes ejes,:
1.Espíritu
de ofrenda
- Puntos básicos sobre la ofrenda
- La sinceridad del corazón
- A quién se efectúa la ofrenda
2.
Dos clases de fe
- Fe como el agua
- Fe como el fuego
1. OFRENDA
1.
La ofrenda puede ser material e inmaterial. La ofrenda más impotante es nuestra
dedicación a la fe, la práctica (individual y propagación) y el estudio. El
Daimoku y el gongyo de cada día, junto con el cuidado material del altar, son
ofrendas básicas. EL tiempo y el esfuerzo que laboriosamente dedicamos a
trabajar por la felicidad de los demás y por las actividades es otra ofrenda
esencial. Y, por supuesto, nuestra contribución material para sostener un
movimiento que no depende de nadie más que de nosotros. Justamente esta
independencia de la SGI es su garantía de coraje y de permanencia junto al
pueblo. La ofrenda no es una expresión material, pues es un acto nacido del
corazón de la fe.
2.
La ofrenda es la vida misma. Ofrendar no es, para el Budismo, una cuestión de
aporte formal, como quien puede pagar la cuota de un club o de una universidad,
sino el reflejo de una consagración de cuerpó y alma al Kosen rufu.
3.
La ofrenda es también una forma rápida de lograr la iluminación. El Gosho “El
próspero Sudatta”expresa: “La forma de llegar a ser un buda fácilmente no tiene
nada de extraordinario. Por ejemplo, es como dar agua a alguien sediento en
épocas de sequía o como hacer fuego para alguien que tirita de frío en la
intemperie. O, también, es como dar a una persona algo irremplazable. Me
refiero a algo cuya nos pone al borde de la muerte y, sin embargo, decidimos
dar a otro ser humano en calidad de ofrenda”. La vida es un acto de ofrenda.
Transmitir la Ley al que está sufriendo una agonía es salvarle la vida.
Proteger el mundo del Kosen rufu es proteger el derecho a la Budeidad de millones
de personas en los siglos venideros. Poder ofrendar debería ser un motivo de
eterno orgullo y un jpunto de desafío permanente para un creyente, ya que, de
todas formas, uno vive ofrendando inadvertidamente su tiempo y su dinero, cada
día de su vida, a toda clase de valores y de objetos.
4.
La ofrenda como punto de partida. Por último, el gosho de Año Nuevo habla de la
ofrenda en el primer día del primer mes del inicio de la estación.
La
ofrenda como inicio de todas las cosas que uno emprende. Lejos de abordar algo
pensando qué puedo obtener, esto habla de otra posición, que es iniciar las
cosas pensando qué puedo dar yo.
La
anécdota de Tokusho Doji y Musho Doji, y su reencarnación como el rey Ashoka
aparece en varios escritos del Daishonin dónde se expone el principio de la
sinceridad de la ofrenda.
(ver
“La Persona y la Ley” vol 1, pág 269, también se menciona la profecía sobre el
rey Ashoka en “La apertura de los ojos” parte 1, pag 108 vol. 2. también
“Respuesta a la dama Onichi.nyo (vol 7) “El tambor en el Portal del Trueno”Vol
5, disetación joben y juryo, juryo 8.
LA SINCERIDAD DEL CORAZON QUE OFRENDA
La
tradición dice que iba Shakyamuni caminando junto con Ananda por las calles de
Rajagriha, cuando se cruzaron con dos chiquitos que reconocieron al Buda. Se
acercaron sin pensarlo dos veces y, como la verdad es que no tenían nada que
darle, hicieron dos tortitas de barro y se la dieron con una reverencia.
Entonces,
Shakyamuni le dijo muy serio a Ananda: “Seguramente, Tokusho Doji renacerá como
un rey que se llamará Ashoka. Se dice que Musho Doji renació como su hermano o
su esposa, según la fuente. El relato aparece en el Aikkuo DEN (Historia del
rey Ashoka).
Sensei
dice:
“El amor que el niño Tokusho Doji sentía por Shakyamuni, su deseo de
hacer algo por él, su acción rápida y resuelta, sin vacilar, su conducta
llevada a cabo con convicción y alegría, sin lugar para la especulación o el
interés egoísta, su pensamiento puro y directo como un rayo... todo esto
sacudió y conmovió el corazón de Shakyamuni".
También
creó, en el corazón del niño, la causa de una inmensa buena fortuna y de
espléndidos beneficios futuros.
El
budismo le da suma importancia al corazón y al propósito de la gente, Todo
queda determinado por nuestro corazón, Si uno se esfuerza seria y sinceramente,
sin falta recibirá beneficios. En cambio, si uno actúa con astucia y engaños,
con la misma certeza sufrirá y, a la larga , saldrá perdedor. El Budismo es muy
estricto en este sentido. Este preciso rigor es lo que asegura que, en última instancia,
justamente triunfe la persona seria y sincera.
Tokusho
Doji renació como un rey, por el brillo de su corazón, Esforcémonos por tener
corazones relucientes como el oro, para ser personas de auténtica y noble
estatura humana.
Los
genuinos reyes y reinas de la vida son los que no se dejan arrastrar por los
fenómenos irresponsables que se embisten contra ellos. Son las personas que,
con osadía y sin quejas, sin desesperar ni afligirse, avanzan hacia la victoria
final, deseando sólo la felicidad de las personas y orando por cada hombre y
por cada mujer, a lo largo de su camino. Estas son las personas que luchan por
el kosen rufu.
A QUE HACEMOS OFRENDAS
Pero
la ofrenda puede ser muy sincera y, sin embargo, ser un acto que causa
sufrimiento en la vida de uno. ¿Cuándo? Cuando se efectúa al objeto de
veneración equivocado. No se deben hacer ofrendas a personas que actúan contra
la Ley ni recibir ofrendas de ellas, tal como dice el mismo Daishonin y Nikko
Shonin (artículo 22 de los "Veintiséis artículos de advertencia").
Si uno da mayores recursos a un perverso que quiere explotar al pueblo, sólo
agravará el daño que esta persona está en condiciones de hacer. Y uno participa
de la misma retribución "kármica".
Pero,
en el lado opuesto, el Daishonin aclara en el gosho que la mayor causa de
felicidad y beneficios es ofrendar al Sutra del Loto, que es la enseñanza
suprema para toda la humanidad.
En
el gosho hay una alusión que puede parecer confusa a primera vista. El
Daishonin dice:"El Sutra del. Loto es superior al buda
Shakyamuni, en la misma medida en que el cielo es rnás elevado que la Tierra.
Dar ofrendas al Buda genera beneficios tan grandes [como el de ser monarca en
la próxima existencia], pero muchos mayores beneficios se obtienen por hacer
ofrendas al Sutra del Loto".
En
este gosho, el Daishonin habla del "buda Shakyamuni" como
"buda provisional", opuesto al Buda original. En este contexto,
Shakyamuni es el buda histórico que no tuvo la misión de revelar en forma
explícita la Ley de Nam‑myoho‑‑renge‑kyo. En cambio, Nam‑myoho‑renge-kyo
(Gohonzon o Sutra del Loto) es la Ley por la cual todos los budas
provisionales logran la iluminación. En este sentido , es superior a la
identidad provisional de cualquier Buda.
Recordemos
un término budista llamado "seis clases de Shakyarnuni". Las primeras
cinco clases recaen en la persona de Shakyamuni, pero la sexta clase de
"Shakyamuni", que es el buda de kuon ganjo inseparable de la
Ley Mística, no coincide con la identidad del Shakyamuni. histórico sino que es
representada por Nichiren Daishonin, buda verdadero.
Sensei
aclara: "La Ley Mística es el origen del cual nacieron el buda Shakyamuni
y todos los demás budas. Por eso, los beneficios de hacer ofrendas a la Ley
Mística y de trabajar en bien del kosen‑rufu son, realmente,
inmensurables".
Los
beneficios de hacer ofrendas al Gohonzon (Sutra del Loto) son mucho
mayores que los beneficios de ofrendar en otra época y a otro buda, porque,
aquellas enseñanzas no permitían al pueblo manifestar la iluminación en la
época de mayor oscuridad y sufrimiento. Es decir, la Ley se la absoluta
dignidad de la vida todavía no se había revelado en forma explícita, sitio
implícita.
Y
en el gosho aparece una mención interesante a la época: "Vivimos
en una tierra donde impera el hambre". Habíamos visto, antes, de qué
manera la política defensiva frente a la amenaza mongola había quebrantado la
economía nacional. Eran tiempos de inflación, escasez, recesión y pobreza.
Ofrendar en esa época no era un juego ni una formalidad para cumplir con reglas
de virtud, sino un esfuerzo extremo que ponía a prueba la fe y los principios.
No se, ofrendaba lo que sobraba, sino lo necesario para vivir. Pero justamente
por ello, todos esos creyentes pudieron dar un vuelco enorme en su realidad y vivir
como vencedores.
En
estos momentos, en la Argentina estamos viviendo una gran recesión económica.,
con desempleo, retracción en el nivel de vida, reducción del consumo... Aun
cuando por razones de fuerza mayor haya una limitación en la capacidad material
de ofrenda, esto no debe limitar ni condicionar nuestro corazón y nuestra
decisión rotunda de esforzarnos en la ofrenda. Justamente porque es difícil
ofrendar, este desafío se torna causa de alegría y victoria.
2. DOS
CLASES DE FE
El
Daishonin describe las dos grandes posturas que él veía en las personas que
decidían comenzar con la práctica de la fe. Su observación es tan lúcida y
profunda, que hasta el día de hoy uno sigue viendo estas mismas
características.
Por
un lado, está la fe como el fuego, donde sobresale la "pasión", el
fervor que genera una gran llamarada en cl primer momento e impresiona por su
brillo y energía. Pero estos aspectos tan positivos quedan opacados por la otra
naturaleza de la llama, que es su carácter efímero: el fuego se consume
enseguida. En un instante, es todo chispas y llamas. En el instante siguiente,
se ha consumido a sí mismo. Es decir que aquí el Daishonin habla de una pasión
incapaz de perseverar ante la adversidad, o de una decisión intensa, pero poco
madura, que depende de las circunstancias o ,de los sentimientos. Esta clase de
determinación en la fe es "relativa".
Por
otro lado, habla de la fe corno el agua,' que no deslumbra ni hace chispas,
pero logra sortear todos los impedimentos y va creciendo en forma gradual.
El
Daishonin define la fe como el agua así: "significa creer continuamente,
sin retroceder jamás". La naturaleza del agua es la de avanzar en todo
momento. El río nunca fluye para atrás; su naturaleza es ir en busca del avance
inexorable, por muchas rocas que le pongan por delante. Aquí se habla de
cualidades como la perseverancia ante el obstáculo, la continuidad, la
asiduidad y el avance perpetuo.
Pero
no hay que confundirse pensando que la fe como agua es estática, pasiva o
chata. Justamente, cuando el agua se detiene se pudre. Así que
"continuidad" no significa sólo "dejar pasar el tiempo"
sino "construir algo sin cesar".
El
presidente Ikeda, en una orientación, señalaba que, por las características de
esta época, la fe debía ser de "agua en ebullición'", de "agua
hirviendo", en el sentido de compartir la naturaleza constante y
perseverante en el avance, propia del agua, y la pasión que bulle de energía,
propia del fuego. Y decía que en la Soka Gakkai la fe de agua tenía ese fervor
del movimiento incesante, y esa seriedad incondicional.
En
este gosho, el mismo Daishonin dice que él siente inmenso respeto por las
personas capaces de cultivar una fe así, que no se rinden ante ninguna
dificultad.
Y
en la última frase lo alienta con tremendo corazón, diciéndole que ante la
enfermedad de sus familiares, no se atormente pensando que es una retribución
kármica, sino una prueba para que temple más aún su gran fortaleza de
convicción...
Construir
una fe de "agua en ebullición" es un tremendo desafío, algo que no se
logra de ninguna manera con el simple "permanecer", sino una lucha
junto a Sensel que exige una observación rigurosa y un esfuerzo de daimoku
incansable. Dado que en el Budismo "no avanzar" es lo mismo que
"retroceder", la negligencia, la
pasividad o la inercia son condiciones que lentifican el flujo de la fe hasta
hacerlo detener por completo. En este sentido, son funciones temibles.
La
perseverancia, entendida como aspecto del coraje, es una profunda clave de la
fe. Dice Sensei que "perseverancia" es sinónimo de kosen‑rufu. Sin
la determinación inamovible de "pase lo que pasa", la misión sigue
siendo una simple expresión teórica de deseos. Es importante releer con nuestra
vida las páginas 187‑188 de "La apertura. de los ojos", para sintonizar
la fe vibrante y el sentido de misión del Daishonin. Esas palabras son una guía
eterna para cada uno de nosotros. Ese "agua" que encontrarnos en la
convicción del Daishonin arde con la fuerza de un torrente desde el tiempo sin
comienzo. !Qué emoción indescriptible tener un maestro así!
En
una orientación, Sensei cita al presidente Toda: "Si somos discípulos del
Buda, entonces somos budas. [...]
El
discípulo de un herrero es herrero. El discípulo de un pescador es pescador.
Del mismo modo, los discípulos del Buda son budas. Y las cosas suceden
realmente de este modo".
Es
un gran desafío y una maravillosa oportunidad tratar de leer el Gosho con la
vida, para desentrañar hasta lo más profundo cómo es la fe del Daishonin, y
avanzar llenos de coraje hacia misma postura.
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